Que nuestro sector goza de buena salud es evidente, tan solo se necesita dar una vuelta por el impresionante espacio del Messe Dortmund para comprobarlo.
Todo el mundo del cigarro Premium estaba representado de alguna u otra manera, ya sea de forma directa como productor o a través de las grandes distribuidoras en Europa. Nadie quería perderse esta cita después de dos años de ausencia por la pandemia.
Los tres intensos días de Feria dan para muchísimo, bastantes novedades de nuestras marcas preferidas, nuevos productores, algunos de orígenes tan remotos como los tabacos de Isla de Reunión, y otros elaborados por empresas españolas, cada vez mejor posicionadas en nuestro mercado nacional.












Aunque no me sorprende, sí que me produce una enorme satisfacción comprobar cómo la calidad de los productores aumenta, ya no hay aquello de “tabaco malo”, al menos en este nivel de representación, y cada vez más los pequeños fabricantes, agrupados en stand más o menos ostentosos, presentan una excelente calidad en sus cigarros.

Por el lado menos bueno, comentar que algunas marcas top no ofrecían cigarros a los visitantes, argumentando aquello de que no querían provocar colas tras sus expositores, en fin, cada uno que lo interprete como desee.
Después tenemos el caso de Arturo Fuentes Cigars, con toda su producción vendida; ¡¡Fantástico!!
“Estimados clientes, les comunicamos amablemente que en estos momentos no estamos abiertos a nuevos acuerdos comerciales. Gracias por su interés en Arturo Fuentes Cigars”
Desde luego, en esta edición los asistentes han sido muy numerosos, especialmente en la tarde del segundo día y la mañana del sábado.
Otra nota curiosa es que a veces tienes desagradables encuentros con algunos supuestos factótum de nuestro mercado nacional, a los que parece molestarles mi presencia, y más aún, tras las considerables muestras de cariño y afecto que recibo de los grandes tabaqueros presentes en InterTabac.
La diferencia está entre ser una persona del negocio del tabaco y ser un hombre del tabaco.
Un saludo y buenos humos.
Artículo de opinión: Miguel Ángel Arvelo