Preparación y Conservación
Con esta breve guía, espero que pueda ayudar a preparar tanto vuestro nuevo humidor, o si necesitáis “recuperar” alguno que lleva mucho tiempo sin usarse.
Preparación
Antes de comenzar el “curado” del Humidor, debemos proceder a limpiarlo concienzudamente. Para ello podemos usar varios métodos; el más usual es impregnar las paredes de madera del interior con paños húmedos – siempre con agua destilada – , aunque yo este método no lo recomiendo y tiene su explicación: las láminas de cedro que recubren el interior de nuestro Humidor suelen ser delgadas, las juntas pegadas pueden desencolarse y la madera puede sufrir algún tipo de torsión. Solo en caso de aparición de plagas soy partidario de usar este método tan agresivo y con alcoholes rebajados, pero esto lo dejamos para otro artículo.
Comenzamos retirando todos aquellos accesorios que se encuentren en su interior y también los posibles separadores que contenga, de esta manera nos resultara más fácil su limpieza inicial y accesibilidad.
¿Entonces como limpio el interior de nuestro mi humidor, que siempre viene con el típico polvillo de Cedro?
Pues usando un secador de pelo en posición de aire frio, como si fuera un soplador, de esta manera ayudo a eliminar cualquier rastro de polvo, también podemos terminar la faena usando una gamuza o paño seco y limpio.
Una vez limpio nuestro cofre de los tesoros, debemos acondicionar su humedad antes de colocar nuestros Puros. Si lo llenamos inmediatamente con el Humidor seco, el cedro de su interior absorbería la humedad de nuestros Tabacos y resultaría fatal para los mismos.
Para conseguir una humedad optima en el interior del Humidor podemos ir por la vía lenta y más recomendable o acelerar el proceso.
Vía lenta: Procedemos a colocar un vaso o recipiente con agua dentro del Humidor y cerrarlo. Da igual que sea agua del grifo porque la humedad que se desprende de ese recipiente los días que lo tiene en el humidor es “agua destilada”, las sales, cloro, cal y demás impurezas del agua se quedan en el recipiente. Lo mantenemos así una semana o más, controlando de vez en cuando el porcentaje de humedad, y cuando esta se estabilice en el 80- 85% ya podemos retirar el citado vaso. No hay ninguna regla sobre la cantidad de agua que deba quedar en el recipiente, cada humidor toma la humedad que necesita, ya que las paredes internas del humidor están absorbiendo humedad. Cuando estas se saturen, la humedad comenzara a subir pues el cedro una vez estabilizado, deja de absorber esa humedad y la mantiene estable.
Ya en este punto, podemos cargar nuestro Humidor con los Puros, entonces la humedad comenzara a bajar, ya que una de las propiedades del Cedro Español es la de compartir esa humedad con lo que le rodea. A partir de aquí, mantendremos estable nuestra humedad en los deseados 65%-75% con el sistema de esponjas concebido o cualquier otro sistema que empleemos.
Otros métodos de limpieza por la vía rápida
- Humedeceremos sin chorrear, con un trapo limpio las paredes internas del humidor. En este método conviene usar agua destilada, porque si usáramos agua del grifo, con el trapo sí estaríamos depositando sobre las paredes del humidor las sales, cloro, cal, y demás etcéteras que lleva el agua, aunque insisto, este método que sin duda es más rápido, no lo recomiendo, ya que como siempre debemos pensar, todo en el Tabaco lleva su tiempo.
- Otra opción, para los que deseen acelerar los tiempos y aumentar la humedad de “golpe”, aunque tampoco es de mi gusto, consiste en pasar ese recipiente de agua por el horno de microondas para caldear el agua y a continuación colocarlo dentro del Humidor.
Colocar el humidor
Lo ideal es mantener tu Humidor en una zona donde no le dé el sol directamente, a ser posible la más ventilada o fresca de la casa, sobre todo en los climas extremos. Lo ideal es tener un lugar con 16-18 grados.
…a tener en cuenta
Hay que saber que la humedad baja drásticamente al bajar las temperaturas, y puede subir cuando tenemos mucho calor y la humedad del ambiente es alta, en este caso debemos airear nuestro humidor, abriéndolo durante un rato, y si es necesario, retirar los elementos humidificadores durante un tiempo.
Es importante no utilizar los sistemas de refrigeración que enfrían y extraen la humedad del ambiente ya que al mismo tiempo se refrigera y seca lo que es perjudicial para los puros.
Por último, debemos tener presente siempre que el tabaco pierde humedad lentamente, igual que la recupera por lo que generalmente los Puros necesitan mínimo unos 20/25 días en Humidor para que se estabilice su humedad óptima.

Conservación
Según Min Ron Nee, en su Enciclopedia de los Habanos Post-revolución “Los puros que sean tremendamente substanciales seguirán fermentándose durante un largo periodo de tiempo”. Esta frase nos dice que los Tabacos siguen su curso evolutivo más allá de su salida de fábrica.
¿Qué hacer entonces? ¿Debemos ventilar y airear nuestros humidores cada cierto tiempo, o eso nos afectara en la perdida de aromas irrecuperables?
También continua el autor afirmando “que por un lado el ventilar los puros ayuda a que el amoniaco se volatilice, lo cual no solo es bueno sino indispensable” por otro lado afirma “el oxígeno despoja de ciertos aromas y sabores sutiles al puro y que, si uno quiere añejar finamente unos cigarros, debe evitar exponerlos lo más posible al aire”
Como todo en nuestro apasionante mundo del tabaco es muy relativo, y al final depende siempre de nuestro gusto personal y nuestra propia percepción, pues existen muchas variables que influyen a la hora de tomar ciertas decisiones con nuestros tesoros. La mayoría de aficionados, entre los que me incluyo, somos partidarios de realizar periódicas revisiones de nuestros Humidores, sobre todo los usados para guardar o conservar por largo tiempo ejemplares de Puros que pretendemos evolucionen lentamente, tal como nos dice Nee.
Otra razón para vaciar y airear periódicamente nuestro Cofre de los Tesoros atiende a la necesidad de rotar los Puros y cambiar su posición dentro del Humidor, de tal suerte que no solo estén siempre apoyados sobre el mismo lado, sino que pasan a recibir la humedad del humidificador con otra intensidad. Estas acciones se recomiendan efectuarlas al menos una vez cada dos meses, incluso antes, si vivimos en sitios con condiciones extremas de calor y humedad.
Limpiar o ventilar el Humidor, incluso siendo de tamaño pequeño, sirve también para controlar el estado de cada Cigarro, comprobar si tiene roturas en la Capa o el pie, y por supuesto y quizás lo más importante para nosotros, disfrutar de su tacto y belleza, porque, qué es sino el disfrute lo que nos lleva a amar al Tabaco.
Por último, no podemos dejar pasar la cuestión de que algunos Tabacos salen de las fábricas con falta de tiempo para alcanzar la plenitud, sobre todo los Habanos de alta regalía, que debido a su gran demanda no son almacenados el tiempo necesario en las Cavas de añejamiento, y son empacados y lanzados al mercado sin ese periodo necesario para que “casen” en el todos los aromas y sabores que el Maestro de Ligas pensó cuando los creó. Si queremos disfrutarlos en toda su plenitud, deberemos mantenerlos unos cuantos meses, incluso años, reposando en nuestro Humidor.
Los que amamos esta afición disfrutamos casi tanto del tiempo de espera como del momento en que fumamos nuestro Cigarro, porque como una persona sabia me dijo una vez, el Tabaco tiene su tiempo, y debemos dárselo.
Miguel Ángel Arvelo Ramos
Fundador El Dorado Cigar Club
Master Cigar Sommelier y Habanos Junior
¿Necesita un humidor para sus puros? Podemos ayudarle en aficionados@eldoradocigarclub.com

